16 de agosto de 2017

La Tempestad

También las artes cambian al mundo

01/05/2025

Literatura

40 años, 40 voces

Guillermo Osorno, periodista, editor y gestor cultural, continúa esta serie de perfiles, concebida como un mosaico que aspira a expresar la diversidad sexual-creativa mexicana, a cuatro décadas de la primera Marcha del Orgullo LGBT +

ALFREDO NARVÁEZ Y RICARDO VELMOR | martes, 19 de junio de 2018

Guillermo Osorno © Ricardo Velmor

A cuatro décadas de la primera Marcha del Orgullo LGBT +, presentamos esta reunión de testimonios, realizada en colaboración con Anal Magazine. Esta serie, que inició en La Tempestad 135 (junio de 2018), ofrece un mosaico que aspira a expresar la diversidad sexual-creativa mexicana. El conjunto de textos, que consta de cuarenta voces, agrupa no sólo a artistas y diseñadores, sino también gestores culturales, curadores, editores y personas del mundo de las ideas. La serie continúa con Guillermo Osorno (1963), periodista, editor y gestor cultural.

 

¿Cómo empezó tu proceso creativo?

En mi preparatoria había un grupo de escritores que se reunían en un taller literario. Éste se mantuvo incluso después de que salimos y empezamos a interesarnos por el mundo de las letras y las ideas. Mi proceso fue un poco más tortuoso porque me metí a estudiar relaciones internacionales y después estuve trabajando un rato en la diplomacia. Me tardé algún tiempo en tomar responsabilidad sobre esa vocación, hasta que decidí parar y regresar a la escuela pero para estudiar periodismo.

¿Tu preferencia sexual tiene una relación con tu creatividad?

Creo que sí hay una sensibilidad gay en la literatura, en las artes en general, en la decoración o en la vida. Tomé de la decisión de escribir un libro (Tengo que morir todas las noches) en el que pudiera explorar la contribución de la sensibilidad gay en la cultura en México. El punto que me interesaba investigar y después mostrar era que había sido más central, había estado en el corazón mismo de la creación de la contracultura del México de los ochenta. Hay un cuento que todos los gays nos contamos: el de salir del clóset. Es de alguna manera universal. Todo el mundo tiene que darse cuenta de quién es en algún punto de su vida y actuar en consecuencia.

¿Tu práctica creativa tiene relación con movimientos sociales?

Como editor, como escritor y ahora como director de Horizontal sí he estado muy pendiente de los temas de género. La sensibilidad gay mexicana la inventó Carlos Monsiváis, pero él obviamente la toma de Salvador Novo. Tiene que ver con el descubrimiento de la cultura popular, la cursilería kitsch, Juan Gabriel.

¿Cómo observas el futuro de la diversidad sexual en México?

En el mundo cultural es mucho más fácil salir del clóset. Es más fácil pero no necesariamente más interesante, sólo está más normalizado. Pero esto sucede principalmente en la Ciudad de México, hay muchas batallas que ganar.  

¿Qué recomiendas a la juventud?

Deberían estar leyendo a Copi, un escritor extraño y vanguardista. En crónica a Emmanuel Carrère, que mezcla la no ficción con la ficción. En artes plásticas es relevante Abraham Cruz Villegas, cuya idea de la autoconstrucción es una metáfora de nuestra vida, de cómo tratamos de amoldarnos al contexto en el que estamos. En cine tienen que ver Tempestad, un documental de Tatiana Huezo sobre los desaparecidos en México. Es un retrato del presente. 

Comentarios

Notas relacionadas

Literatura

El futuro que nos dictan

El espacio es sólo una parte de lo que quieren apropiarse los magnates tecnológicos: lo que realmente buscan es privatizar el futuro

jueves, 14 de abril de 2022

Literatura

Una piedra lanzada contra el agua

Una reseña-conversación con el escritor chileno Diego Zúñiga sobre su novela más reciente, ‘Tierra de campeones’ (Random House)

jueves, 10 de octubre de 2024

Literatura

Novela de Krasznahorkai

Acantilado publicó «Y Seiobo descendió a la Tierra», de László Krasznahorkai. La obra del escritor húngaro, autor de «Al Norte la montaña, al Sur el lago, el Oeste el camino, al Este el río» (2005), es una novela «melancólica y turbadora en la que Krasznahorkai indaga en el extraordinario consuelo de la belleza y nos ofrece su singular perspectiva de la inmanencia», argumenta la editorial.

jueves, 27 de agosto de 2015

Optimized with PageSpeed Ninja