more_vert

16 de agosto de 2017

La Tempestad

También las artes cambian al mundo

03/05/2024

Artes visuales

SANGREE: el insecto ha despertado

La galería Mascota de la Ciudad de México presenta la propuesta expositiva más reciente del dueto SANGREE hasta el 8 de junio

Elizabeth Calzado | miércoles, 26 de mayo de 2021

Vistas de la exposición 'The Dream Is Over, The Insect Is Awake', de SANGREE, en la galería Mascota de la Ciudad de México

En dos salas ennegrecidas y forradas con espejos de aberrantes reflexiones, SANGREE establece las reglas del juego: ojos que persiguen insectos, insectos que persiguen la luz y se confunden en vórtices ilógicos.

The Dream Is Over, The Insect Is Awake [El sueño terminó, el insecto ha despertado], la muestra de la dupla de los artistas René Godínez Pozas y Carlos Lara, reúne de forma diáfana algunas de las exploraciones que han enmarcado su trabajo desde 2009. Por un lado, su firme insistencia en la conservación de la cultura de masas a manera de vestigios posmodernos, objetos preciosos encargados de custodiar el consumo impuesto por el yugo de la contemporaneidad. Por otro, el interés en la materialidad, en volúmenes que evocan peso, corporalidad (piedras falsas, labradas, en bruto o en digital, monolitos de papel, fragmentos de monolitos, vasijas o sky dancers publicitarios). Ambas miradas devienen recursos que liberan cierto cinismo, a la vez que encierran algo desconocido, casi de culto, en su interior. En un guiño específico a las piedras, Roger Caillois escribió en 1966: “El hombre les envidia la duración, la dureza, la intransigencia y el brillo, que sean lisas e impenetrables, y enteras aun quebradas” (Piedras).

Las obras que encabezan la exposición en la galería Mascota comenzaron su materialización en el estudio de los artistas en 2019, al término de su residencia en República Checa: se trata de tres anatomías libidinales que dialogan con miradas fluorescentes de apariencias caricaturescas. Del desdoblamiento de las líneas que parten de su propio archivo de dibujo –en constante crecimiento– a la tridimensionalidad, para luego convertirse en ejes lumínicos absorbidos y reabsorbidos por las superficies reflejantes cóncavas y convexas, en un ciclo ad infinitum.

SANGREE

Las esculturas, realizadas en obsidiana, remiten a insectos, a organismos inertes de hechuras sugestivas. El impulso inevitable es el contacto, la súbita urgencia por corroborar la superficie pulida a la perfección por el maestro Trinidad Zagal, reconocido lapidario guerrerense que reside en Cuernavaca. Los neones, desde sus luminosas trincheras, reflejan viñetas expectantes en los cristales volcánicos. Los mineraloides, tanto duros como quebradizos, absorben y refractan las fosforescencias desde su aparente inmovilidad. Una vez más nos engulle una sentencia de Caillois: “La obsidiana es negra, transparente y mate. Con ella se hacen espejos que reflejan la sombra más que la imagen de los seres y las cosas”.

Entonces nos descubrimos atentos y partícipes de esta fantasmagoría de intersecciones espectrales. Estas lúdicas y afiladas maniobras ambientales comprometen la percepción espaciotemporal, al proponer escenarios distópicos transitables. Otros ejemplos pueden verse en los trabajos anteriores Piedra temporal (2016) o Dark Killer Dance Night (2011) –un video slasher que únicamente puede exhibirse los viernes 13, y consta de una proyección en cinco canales, estrobos, máquinas de humo y un set musical en vivo.

La relación insecto-humano, enunciada en el título de la exposición, cuestiona qué tan distantes estamos, en realidad, de la otredad orgánica o inorgánica, de concebirnos unidades ecológicas, como propuso Lynn Margulis. Incluso arrastra una síntesis cronológica de relatos ficcionales que van del taoísta Zhuangzi (siglo IV a.C.) a Franz Kafka (junto a David Cronenberg, con su célebre filme La mosca, de 1986).

SANGREE

Quizá bajo el refugio de la ironía SANGREE logra una suerte de distanciamiento emocional y, por ende, un acercamiento objetivo a los distintos temas que la humanidad ha decidido ignorar una y otra vez. Al filósofo Zhuangzi se le ha vinculado con la escuela cínica de la antigua Grecia, por ser coetáneos y por la afinidad conceptual, cruce donde se dispara una correspondencia inesperada: los integrantes de esta doctrina griega, a partir de una actitud satírica y excéntrica, incitaban al alboroto de toda sepultura y promulgaban que la felicidad equivalía a estar en un estado armonioso con la naturaleza (el kynismo alude desde su raíz etimológica a la figura del perro, por su insolente y sencilla forma de vivir).

En este nudo es posible atestiguar que “el cinismo espera agazapado a que pase esta ola de charlatanería y las cosas inicien su curso. Nuestra modernidad, carente de impulso, sabe, efectivamente, ‘pensar de manera histórica’, pero hace tiempo que duda de vivir en una historia coherente. […] Una cultura neopagana que no cree en una vida después de la muerte tiene consiguientemente que buscarla antes de ésta” (Peter Sloterdijk, Crítica de la razón cínica, 1983). ¿No son los perros portadores de una multitud de insectos? ¿No existen piedras que se asemejan a hombres? ¿Será que la sombra de la humanidad aparece? ¿Por qué es tan difícil reconocernos holobiontes que sólo persiguen destellos de luz?

SANGREE, The Dream Is Over, The Insect is Awake, galería Mascota, Ciudad de México. Hasta el 8 de junio

Comentarios

Notas relacionadas

Artes visuales

‘Excepciones normales’: un recorrido

En alianza con la Fundación Jumex Arte Contemporáneo, presentamos un recorrido por la exposición ‘Excepciones normales’

jueves, 15 de julio de 2021

Artes visuales

Un místico en la OMR

Óscar Benassini repasa la muestra ‘Instrucciones para una pirámide’ del estadounidense Sol Lewitt.

jueves, 31 de agosto de 2017

Artes visuales

Archivo en línea del Imperio Otomano

El Getty Research Institute digitalizó las imágenes recolectadas en la década de 1980 por el coleccionista francés Pierre de Gigord, en sus viajes por Turquía

martes, 8 de enero de 2019

Optimized with PageSpeed Ninja