La Tempestad

 

Ayer se estrenó en el Auditorio BlackBerry la obra War Work: 8 Songs with Film, del compositor británico Michael Nyman, dos días después de la presentación de Treatise, del también británico Cornelius Cardew, en el museo Ex Teresa Arte Actual. Existe un contraste formal entre ambos conciertos. Para la obra de Cardew no se requirieron más de seis compositores y diecisiete páginas de una partitura que consta de 200. Treatise problematiza el lenguaje de la improvisación y de la formación académica de los compositores; se trata de una obra que reflexiona sobre las estructuras de la música. Por otro lado, War Work contó con una banda orquestal, una soprano y una «película» con la que se pretendió ilustrar la música.

 

En el programa de mano de War Work puede leerse: «Michael Nyman, el prolífico compositor, cineasta y artista visual». Es cierto que Nyman es responsable de proyectos muy ambiciosos, como la composición de diecinueve sinfonías o una pieza para diez pianos, pero esa grandiosidad no afecta las formas, no pone en peligro los lenguajes de la música y ni siquiera la manera en la que ésta se presenta. En War Work pueden escucharse repeticiones de matices y temas. Sería fácil complacer a Nyman y achacarle eso a su estilo, pero el compositor, en el caso de esta obra, recicló los recursos que ha utilizado desde los excelentes soundtracks compuestos para Peter Greenaway, que datan de la década de los ochenta. La «película» no fue más que una confusión de formatos: se trató de una serie de visuales de imágenes tomadas de archivos de dominio público. Ahora bien, ¿cuál es el contexto en que fue desarrollada la pieza? La música contemporánea europea –sería raro que no fuera así– cuenta con títulos en torno a la guerra, como el Cuarteto por el fin de los tiempos de Olivier Messiaen, escrito y ejecutado en un campo de concentración, o la Sinfonía de las canciones tristes de Henryk Górecki, que constituyó una de las primeras piezas que le dieron forma al minimalismo. War Work fue comisionada por cuatro instituciones europeas para conmemorar el Centenario de la Primera Guerra Mundial. No es la primera vez que Nyman compone basándose en efemérides. Ha dedicado música al nacimiento de Octavio Paz y el Centro de Cultura Digital encargó una pieza para celebrar el cumpleaños del propio Nyman.

 

Con Treatise sucedió lo inevitable. Ejecutada por primera vez en México, fue tomada por muchos como una muestra de pretensión, un concierto ilegible. War Work: 8 Songs with Film, una puesta olvidable, recibió aplausos de pie.