16 de agosto de 2017

La Tempestad

También las artes cambian al mundo

27/04/2024

Redaccion

Leemos, vemos, oímos

admin | miércoles, 19 de agosto de 2015

En las últimas semanas, los integrantes de la redacción se han ocupado de lo siguiente:

 

Nicolás Cabral, director editorial

Leí Al Norte la montaña, al Sur el lago… (2003), Y Seiobo descendió a la Tierra (2008) y El último lobo (2009), todos de László Krasznahorkai; ahora me ocupo de La hipótesis cibernética (2001), de Tiqqun. Vi las exposiciones Mathias Goeritz y la invención de la arquitectura emocional (Palacio de Cultura Banamex), Gisèle Freund y su cámara (Museo de Arte Moderno) y Hotel Juárez (SAPS), de Francis Alÿs. Revisé películas como Hermosa juventud (Jaime Rosales, 2014), El país del silencio y la oscuridad (Werner Herzog, 1971), Casino (Martin Scorsese, 1995), El hombre elefante (David Lynch, 1980) o The Long Day Closes (Terence Davies, 1992), además de la miniserie Hinterland (Ed Thomas, 2013). En estos días he oído a Bob Dylan, Pere Ubu, Beastie Boys y Vince Staples.

 

Óscar Benassini, coeditor

Leo Ángeles menores (1999), de Antoine Volodine. Vi Ant-Man (Peyton Reed, 2015) en el cine y la pasé muy bien. Ah, y el final de la segunda temporada de True Detective (2015), que me gustó: ni los buenos ni los malos pueden resistir el embate de la fusión y la adquisición corporativas.

 

Guillermo García Pérez, coeditor

Leí el Libro de amigo y amado (1276-1278), de Ramón Llull, y Los códices mesoamericanos antes y después de la conquista española (2010), de Pablo Escalante Gonzalbo. Intento terminar La noche de los proletarios (1981), de Jacques Rancière, pero no es sencillo. Vi Hermosa juventud (2014), de Jaime Rosales, y Huesos (1997), de Pedro Costa. Música: Henri Pousseur, Jorge Ben Jor y King Midas Sound.


Guillermo Núñez Jáuregui, jefe de redacción

Veo la primera temporada de Tremé (2010-2013), de Eric Overmyer y David Simon, que logra un tono tan tremebundo como The Wire al mostrar el esqueleto del sistema, pero lo balancea con el atractivo de una ciudad (su música, su comida, etc.). Vi la película más reciente de Noah Baumbach, Mientras seamos jóvenes (2014), que está bien para pasar el rato. Leí El Golem (1915), de Gustav Meyrink; la colección de ensayos La noche tiene mil ojos (2015), de María Negroni; y un par de libros del sorprendente Antoine Volodine: Ángeles menores (1999) y El post-exotismo en diez lecciones, lección once (1998). El primer número de The Scofield, dedicado a David Markson, está interesante.

 

Carlos Rodríguez, editor web

Leo El animal sobre la piedra (2011), de Daniela Tarazona. Semanas atrás leí Conjunto vacío (2015), de Verónica Gerber Bicecci; Contra los hijos (2015), de Lina Meruane; Blow Up Blow Up (2010), de Joan Fontcuberta; y varios cuentos de William Faulkner. Vi la exposición de Gustav Metzger en el Museo Jumex, y varias películas: La fiesta de despedida (2014), de Tal Granit y Sharon Maymon; Escuela normal (2011), de Celina Murga; Nobi. Disparos al amanecer (2014), de Shinya Tsukamoto; Una chica regresa sola a casa (2014), de Ana Lily Amirpour; Las voces (2014), de Marjane Satrapi; El candidato del miedo (1963), de John Frankenheimer; y Alta sociedad (1956), de Charles Walters. Me encontré el vinil de Surrender (1971), el tercer álbum en solitario de Diana Ross, que captura el esplendor del sonido Motown.

 

Paulina Suárez, coordinadora web

Leí la colección de cuentos Mi madre es un pez (2011) y Niños futbolistas (2013), de Juan Pablo Meneses. Vi las películas Viento aparte (2015), de Alejandro Gerber Bicecci; Foxcatcher (2014), de Bennett Miller; y Atrapado sin salida (1975), de Milos Forman. Escuché los discos Mutilator Defeated at Last (2015), de Thee Oh Sees; Marks to Prove It (2015), de Maccabees; y Pavimento (2015), de Ulises Hadjis.

 

Christian Mendoza, reportero web

Comencé a leer A little life (2015), de Hanya Yanagihara. Estoy viendo la segunda temporada de True Detective (2015). También estoy con la primera de Looking (2014-2015) y con la segunda de BoJack Horseman (2014), extraordinaria caricatura. Vi Los carabineros (1963), de Jean-Luc Godard; Antes de que el diablo sepa que has muerto (2007), de Sidney Lumet; y Dos disparos (2014), de Martín Rejtman. También El amor es más frío que la muerte (1969), Las amargas lágrimas de Petra Von Kant (1972), La ley del más fuerte (1974) y En un año con trece lunas (1978), todas de Rainer Werner Fassbinder. He estado escuchando Sonnet (2015), de Benoît Pioulard, y Ain’t River Too Much Love (2005), de Smog. Recomiendo visitar Debemos convertirnos en idealistas o morir, muestra de Gustav Metzger en el Museo Jumex.

 

Ana León, editora de Vocero

Estos días leí Algo va mal (2010), de Tony Judt, y Máquinas, dispositivos, agenciamientos. Arte, afecto y representación (2015), de José Luis Barrios. Ahora leo El arte nuevo de hacer libros (2012), de Ulises Carrión. Vi las películas La princesa de Francia (2014), de Matías Piñeiro; Respira (2014), de Mélanie Laurent; 20,000 días en la Tierra (2014), de Iain Forsyth y Jane Pollard; 360 (2011), de Fernando Meirelles; Entrevista con unos vampiros (2014), de Taika Waititi y Jemaine Clement; y Edén (2014); de Mia Hansen-Løve. De Nick Cave & The Bad Seeds escuché Push the Sky Away (2013), B-Sides and Rarities (2009) y Dig, Lazarus, Dig!!! (2008). También oí More Moondog (Original Album Plus Bonus Track, 1956) (2012).

 

Manuel Samayoa, coordinador editorial de Folio

Reviso con entusiasmo la colección Posthumanities, editada por Cary Wolfe para la Universidad de Minnesota: Artist Animal (2012), de Steve Baker; HumAnimal. Race, Law, Language (2012), de Kalpana Rahita Seshadri; y Animal Stories. Narrating Across Species Lines (2011), de Susan McHugh, son algunos títulos. Terminé La inocencia (2012), de Felipe Polleri, y ahora comienzo After Art (2012), de David Joselit. Cada tanto me tomo veinte minutos para ver un capítulo de Louie. Vi, además, Historias de caballos y hombres (2013), de Benedikt Erlingsson.

 

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