20/11/2025
Artes visuales
El Museo del Escritor: memoria y diálogo
Si se trata de sumergirse en el archivo, algunas exposiciones se presentan como un simple recorrido documental, una línea recta que elimina cualquier riesgo. Sin embargo hay otras –las menos– que activan un territorio de memoria e imaginación. El Museo del Escritor, la nueva muestra de Proyectos Multipropósito, pertenece a la segunda categoría. No sólo porque vuelve visible una colección que durante años permaneció en riesgo de desaparecer, sino porque propone una lectura revitalizada de sus materiales a través de la mirada de Pedro Reyes, quien encuentra aquí un nuevo pretexto para explorar la relación entre arte, lenguaje y vida pública.
El Museo del Escritor es el nombre de la colección fundada por René Avilés Fabila en 2008, con la idea de crear un espacio dedicado a los procesos íntimos de la escritura. Así, reunió manuscritos, cartas, máquinas de escribir, primeras ediciones y objetos personales de escritores de distintas épocas y geografías. La colección se nutría de vínculos reales –amistades, correspondencia, colaboraciones– que mantuvo durante décadas con autores de México y el extranjero. La muerte de Avilés Fabila en 2016 dejó el proyecto sin sede estable y sin recursos.

Vista de la exposición El Museo del Escritor, de Pedro Reyes, en Proyectos Multipropósito, Ciudad de México, 2025
Lo que hoy se presenta en Proyectos Multipropósito es la recuperación –y, sobre todo, la relectura– de ese acervo. Pedro Reyes ha imaginado una museografía que no solo expone archivos, sino que los hace dialogar con el presente. Se trata de una segunda vida del museo original, ahora filtrada por el lenguaje plástico del artista, que incorpora esculturas, dibujos y grabados para seguir interrogando la relación entre texto y forma. Algunas piezas funcionan como signos expandidos; otras, como metáforas materiales del acto de escribir. En conjunto, el espectador asiste a una conversación entre la memoria literaria y la práctica artística contemporánea.
La colección exhibida funciona como una cartografía afectiva de la literatura mexicana del siglo XX. Se encuentran manuscritos de Elena Garro, primeras ediciones comentadas de Octavio Paz, documentos de Carlos Pellicer, páginas mecanografiadas de José Agustín o notas manuscritas de Rubén Bonifaz Nuño. Lo notable es la cercanía material: las tachaduras, la textura del papel, los márgenes donde se esbozan ideas. Todo aquello que constituye la arqueología de un libro.

Libros dedicados y grabaciones de Juan Rulfo en El Museo del Escritor, de Pedro Reyes, en Proyectos Multipropósito, Ciudad de México, 2025
El mapa se expande más allá de México. Se exhibe una primera edición firmada de Edgar Allan Poe, así como materiales relacionados con Clarice Lispector o Miranda July, entre varios más. La selección incluye también voces latinoamericanas contemporáneas como Benjamín Labatut o David Miklos, que anclan la exposición en un presente literario vivo.
La muestra –que puede visitarse en la galería capitalina hasta el 20 de diciembre– se complementa con un volumen homónimo de Pedro Reyes. El libro adopta la forma de un diccionario literario y está compuesto por notas biográficas, ensayos breves y textos misceláneos: un intento de ubicar a los autores del museo dentro de un mapa cultural más amplio, pero también un ejercicio de imaginación crítica. El formato de diccionario –con su arbitrariedad aparente, su invitación al salto– encaja con la naturaleza fragmentaria del acervo.